sábado, 2 de diciembre de 2006

Reality show business




Vivimos una realidad inventada.
La Televisión nos dicta a diario que no es verdad lo que vemos, sentimos y sufrimos en nuestro loco andar hacia ninguna parte.
Creemos que el mundo colocado ante nosotros por los mediatizadores es real, el verdadero. Y nos introducimos a esa dimensión macabra como quién cruza una cortina de humo.
Después, llega la pesadilla que no debió ser porque asumíamos no estar en un sueño. Y la boca de un mostruo llamado Realidad abre sus fauces y nos traga, eructa satisfecho y sonríe irónico al saberse triunfador ante esa ingenua vida que sufrimos en una espera inútil por tiempos mejores, esperanzados en que todo es cuestión de tiempo y de cerrar los ojos, aferrándonos a creer ahora que habitamos un mal sueño y que nada de lo que vemos, sentimos y sufrimos, es verdadero, tal como lo dicta la Televisión.

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