domingo, 3 de junio de 2007

Amor a primera vista


El pordiosero de la cuadra se paraba frente a la boutique de trajes nupciales. Le gustaba contemplar a través del aparador a una figura esbelta, de fino rostro. Para él no había mujer que la igualara. Era lo que siempre había soñado.
La gente lo veía como a un loco peligroso cada vez que recitaba versos de Neruda, pero poco le importaba que el dueño del local lo corriera a puntapiés o llamara a la Delegación de Policía para que lo apresaran.
Nada impedía que el menesteroso volviera al escaparate, donde un maniquí de figura femenina aparentaba mirarlo y conmoverse ante cada palabra de amor pronunciada:



“Me gusta cuando callas porque estás como ausente,
y me oyes desde lejos, y mi voz no te toca.
Parece que los ojos se te hubieran volado
y parece que un beso te cerrara la boca...”
(1)



Aquel hombre barbado y harapiento un día no pudo resistir más. Tomó una piedra y rompió el cristal de la boutique. El propietario de la tienda y quienes caminaban cerca del lugar quedaron asombrados, inmóviles, al ver que una mujer corría alegre, vestida de novia, tomada de la mano del pordiosero de la cuadra.

(1) Me gusta cuando callas... (fragmento), de Pablo Neruda

2 comentarios:

Anónimo dijo...

Estimado Marcos, leyendo el texto Amor a primera vista, e quedado sorprendido por el potencial del mismo para incorporarlo a una obra de teatro que estoy escribiendo. Desearia sabe si estas interesado en que lo incluya aclarando tu autoria. Saludos
Augusto Perez

Elisabet Cincotta dijo...

Marcos, he leído varios micro cuentos en este blog. Excelentes!!
abrazos
Elisabet