viernes, 16 de julio de 2010

Despertar


Begoña cayó dormida y soñó con una ciudad hermosa, llena de aves blancas surcando un cielo azul como el inmenso mar. Soñó que había grandes palacios donde vivían reyes que cabalgaban unicornios mágicos, capaces de pintar el arco iris con su largo cuerno.


Begoña despertó entre la oscuridad de un cuarto apestoso a mierda. La puerta principal se abrió de nuevo. Su padre, se acercó otra vez desnudo a ella.

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