sábado, 20 de enero de 2007

EL DESTIERRO


Guardé mis sueños y la corbata favorita en una caja de zapatos.
Doblé el consejo de mi abuelo junto a retazos capitulados de mi vida adolescente.
Mi corazón palpitaba de coraje, libertad, miedo.
Un gesto indiferente quedó tras una puerta.
Y frente a mí:
la boca de un monstruo se abría para devorarme.

No hay comentarios: